El acoso escolar

Esta semana me gustaría hablar sobre el que es para mí uno de los mayores problemas a los que llevamos enfrentándonos como sociedad durante más de medio siglo, y que afecta a unos de los grupos más débiles, como son los niños y adolescentes. Estoy hablando del acoso escolar.

Chico triste sentado 
Fuente Pixabay


El acoso escolar (también denominado bullying), es la reiteración de agresiones físicas o psíquicas que sufre un niño o adolescente frente a una o varias personas en un centro educativo. La edad en la que suelen producirse estos actos está comprendida entre 6-17 años, aunque cuando más se presentan episodios de violencia suele ser en la etapa de la adolescencia. 

Existen varios tipos de acoso, pero todos ellos son equiparables en cuanto al daño e impacto negativo que pueden generar en una persona. En primer lugar tenemos el físico, caracterizado por agresiones físicas como patadas, puñetazos, empujones etc. Después tenemos el verbal, el cual suele ser el más frecuente en estos casos, y se caracteriza por insultos o ridiculizaciones. También tenemos el psicológico, que aunque parezca el más invisible es el encargado de muchos de los problemas más graves como son el miedo o la pérdida de autoestima. Finalmente el social, en el cual es probable que todos hayamos sido cómplices en alguna ocasión, y es el encargado de aislar a una persona en relación a todas las actividades compartidas.

Estos actos como he dicho anteriormente generan un gran impacto negativo en la víctima, causando numerosas secuelas tanto a corto como a largo plazo. Entre las más comunes se encuentra la mayor tendencia a la depresión, causada por la baja autoestima que el acoso causa en la víctima , la cual puede llegar en los casos más extremos al suicidio. La ansiedad también es fruto de tales actos, desembocando en una mayor tendencia al abuso de sustancias como el alcohol o cocaína. Otra secuela, aunque no la última, puede ser el fracaso escolar generado por la aparición de una fobia al moverse o pensar siquiera en el entorno educativo.

Los casos de bullying nos llevan a presenciar en las víctimas las situaciones más extremas, como es el caso reciente de una niña de 13 años, quien por el acoso escolar recibido intentó quitarse la vida al ingerir 16 pastillas de diazepam. La niña fue llevada al hospital y se le realizó un lavado de estómago después de que su madre la encontrase en su habitación llorando, medio adormilada y sin poder levantarse. Tal acto se produjo después del constante acoso recibido por parte de entre cuatro a siete compañeras, durante alrededor de 4 años. La dirección del centro había sido notificada previamente y había adoptado algunas medidas de apoyo, pero sin llegar a activar el protocolo de acoso debido a la poca importancia dada. Además, esta chica sufrió el nuevo tipo de acoso que reina en nuestros días, el denominado como ciberacoso, el cual se produce en las redes y que es una de las mayores lacras sociales en la actualidad.

Soledad
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Cuando la dirección de un centro es notificada a cerca del acoso recibido por parte de un alumno existe un protocolo de actuación a seguir, aunque no siempre se ven evidencias de dicho acoso o lo que es peor, la indiferencia o falta de actuación del centro. Para evitar estas situaciones, previamente también es importante educar al alumnado y penalizar en todo momento conductas negativas hacia compañeros. Ya en caso de que conste un presunto acoso, se activará el protocolo mencionado anteriormente, identificando el problema, entrevistando a ambas partes y a los observadores. A continuación se notificarán a las familias y a todo el cuerpo docente. Después habrá que garantizar la protección de acosado y aplicar sanciones a los acosadores. Finalmente, dependiendo de la gravedad de los hechos se deberá notificar a servicios sociales, inspección educativa y a la fiscalía de menores.

Muchas veces apartamos la mirada ante situaciones como estas, convirtiéndonos en un mayor o menor grado en cómplices. No siempre tenemos por qué intervenir directamente ante este tipo de situaciones, ya sea por miedo o cualquier otra circunstancia, pero siempre podemos avisar a una autoridad mayor o incluso hablar con la propia víctima para invitarle a que tome cartas en el asunto.

Espero que la sociedad sea capaz de educar a las futuras generaciones, y así permitir el correcto desarrollo y la infancia o adolescencia más feliz posible que seguro que todos y todas merecen.

Nos vemos en el siguiente artículo...

Comentarios

  1. Hola! En primer lugar, decirte que coincido con tu opinión cuando comentas que son muchas las ocasiones en las que desgraciadamente se da lado a este tipo de asuntos y no se tratan con la gravedad que requieren. Por otro lado, al igual que tú también espero que la sociedad avance con este tema, junto con otros muchos, y que se eduque de tal manera que dejen de suceder este tipo de comportamientos en estas edades tan duras. La información que aportas es sirve de gran ayuda y a conocer más a fondo los distintos tipos de acoso, y como das a entender, todos de vital importancia. Muy buen comentario compañero, un saludo.

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    1. Hola Isabel,
      Es una lástima que como comentamos no se tomen en serio estas agresiones o tan solo el hecho de que se produzcan, pero tanto con la educación docente como estudiantil, espero que poco a poco podamos dar un paso hacia adelante a la hora de solventar este gran problema. Muchas gracias por tus palabras.
      Un saludo compañera.

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